La fabricación y producción de artículos es uno de los giros industriales y empresariales más comunes hoy en día y lo ha sido a lo largo de toda la historia del ser humano. Como consecuencia de ello, desde tiempos antiguos, la necesidad de contabilizar, controlar y conocer los datos e información sobre la fabricación de un producto creció hasta el punto de convertirse en una tarea fundamental para cualquier entidad productora.
Los sistemas de manufactura nacen precisamente como resultado de esa necesidad de control y conocimiento de los procesos de producción, pero la implementación, desarrollo y perfeccionamiento de estos sistemas no han sido sencillos, pues para llegar a tener los programas de cómputo especializados que hoy en día utilizan las organizaciones, se tuvo que pasar por un proceso de evolución que tardó mucho más tiempo del que se pudiera creer.
El primer antecedente se remonta hasta 5,000 años antes de Cristo, en Sumeria, donde los sacerdotes, quienes eran los encargados de la administración de las riquezas, comenzaron a registrar los préstamos realizados a ciudadanos, la recaudación de impuestos y sobre todo realizaban inventarios de materiales y semillas que se utilizaban para la construcción o la siembra.
Un milenio después, los egipcios comenzaron a utilizar y formular conceptos que hoy se siguen utilizando en la administración, planeación y organización de empresas, sobre todo para tener control de los recursos durante los proyectos de construcción.
Casi 3,000 años después, en China se comenzaron a desarrollar procedimientos organizados para la planeación y especialización del trabajo, todo con el propósito de tener control sobre los recursos disponibles y por ende sobre la producción de diferentes artículos.
En la misma época, pero en otra parte del mundo, Grecia, los procesos de fabricación de armas, armaduras, papiros, herramientas, construcción de edificios, artesanías, entre otros, también tuvieron sus propios métodos de control y registro de materiales y costos de producción.
Pero fue mucho tiempo después, hasta el siglo XVII, cuando los procesos de producción tuvieron un mayor control y hasta esta época se puede decir que comenzaron a nacer los primeros sistemas de manufactura como SAP Business One, con objetivos similares o cercanos a los que hoy en día se tienen.
La tinta y el papel fueron fundamentales para esto, pues los registros de operaciones, materiales, costos y tiempos de producción se pudieron registrar de una manera mucho más sencilla, duradera e integral, pues se podía tener un solo cuaderno o libro de registros de las operaciones.
A pesar de esto, los procedimientos de registro no avanzaron demasiado, pues desde el siglo XVII y hasta el siglo XIX los métodos prácticamente no cambiaron, el registro de materiales utilizados, costos, trabajadores requeridos y demás se llevaba a cabo más de manera protocolaria y con fines únicamente de control básico con una finalidad de análisis y mejoramiento de la estructura y forma de trabajo.
A pesar de lo anterior, cabe mencionar que sí existieron personajes que sugirieron estrategias de planeación y producción basadas en los registros obtenidos, pero no fueron tomados en cuenta de manera seria e importante. Fue hasta el siglo XX cuando se comenzó a tomar en cuenta la información registrada y se pensó que un análisis de estos datos podría arrojar información útil para aplicarse en los diferentes procesos de fabricación de productos.
Debido a esto se comenzaron a dosificar las horas de trabajo, el uso y consumo de materias primas y materiales se comenzó a controlar de manera más estricta mediante los inventarios y los precios de los artículos se comenzaron a asignar con base en los costos de producción.
Sin embargo, la evolución de estos sistemas dio un gran salto cuando entre 1960 y 1970, gracias al avance de la tecnología, se comenzaron a utilizar máquinas para el registro de las operaciones, gastos, costos, ingresos, inventarios y demás. No pasó mucho tiempo para que alguien tuviera la idea de utilizar una sola máquina diseñada específicamente para llevar a cabo los procesos de control de la producción. Este es el antecedente más directo y moderno de los sistemas de manufactura actuales.
Con el paso del tiempo y el avance acelerado de la tecnología, el uso cada vez más frecuente de las computadoras y el interés creciente del mundo empresarial, en las siguientes décadas se comenzaron a diseñar y desarrollar con éxito programas de cómputo especializados en tareas de gestión y administración de las operaciones de una empresa.
El resto es una historia conocida o intuida por todos. La tecnología siguió avanzando, las compañías programadoras siguieron trabajando, los recursos fueron incrementando y los diferentes tipos de software diseñados con fines empresariales fueron creciendo en número, capacidades, funciones y calidad.
Finalmente se llega a la época actual, en la que existe una oferta amplia de programas informáticos diseñados para diferentes tipos de organizaciones con la finalidad de satisfacer las necesidades administrativas de cada una. De esta forma, cuando se trata de una empresa productora, se tienen programas cuyas funciones están orientadas a ayudar y ofrecer total control en los diferentes procesos de producción.
Los programas actuales pueden realizar tareas que ayudan en el control del diseño, compras y ventas, inventarios, consumo de insumos y materias primas, mano de obra, administración de pedidos, uso de maquinaria y equipo y en general toda la contabilidad de costos.
En resumen, los sistemas de manufactura han tenido un largo proceso de evolución, pero el resultado ha sido exitoso, pues en la actualidad toda empresa puede contar con un programa que se ajuste a sus necesidades específicas y que le ayude a controlar sus procesos de producción.
Lo único que se requiere para que el uso de estos sistemas sea adecuado y exitoso es una implementación correcta, y para ello se requiere acudir con los expertos en software para la gestión y administración empresarial, y no hay mejor experto en el mercado mexicano que Evolve-IT.
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